El Grupo Universidad, conformado de porros y gente “pensante”, continúa causando controversias en el proceso electoral, donde lucen desesperados por obtener los votos que pactaron con el Mesías Tropical, pues parece que se vendieron caro.
Por ejemplo, Lidia García, candidata de MORENA (o de la UAEH) a diputada federal por Pachuca, pretendía ser la voz defensora de la universidad pero no tuvo éxito y entre sus tropiezos encontramos que compartió la portada de la revista Proceso sin enterarse que en páginas interiores se encontraba un artículo sobre la corrupción de los porros.
Además, Lidia García se aventó la puntada de decir que son “la gente pensante del estado”, es decir, los pensantes han sido acusados de desvíos millonarios, de homicidios, de violaciones y delitos del orden sexual, de secuestro, de incendios, de robos, de amenazas, de lesiones, todos los cuales se registran en el libro “La Sosa Nostra”, de Alfredo Rivera, periodista que fue demandado por daño moral contra Gerardo Sosa. Así de pensantes, tolerantes e influyentes son los porros.
Lógicamente los porros echaron a andar su maquinaria, obligando a maestros y alumnos a asistir a eventos y mítines; la sorpresa que no se esperaban eran las denuncias anónimas, porque cuando Adolfo Pontigo dice que no le preocupan señalamientos que no van firmados, hace referencia a las miles de denuncias anónimas contra su patrón, Gerardo Sosa.
Encima de todo, resulta que Gerardo Sosa decidió no pagar el suministro de agua, excusándose en ser una institución educativa, claro: para quien se acostumbró a robar hasta refrescos y golosinas de los camiones distribuidores -segun lo registrado en “La Sosa Nostra”-, el pago del agua es un abuso.
También se ha dicho que han dejado de pagar a maestros y otros contratos por honorarios porque los gastos de campaña son altos y la Universidad está atravesando por problemas financieros, así que no se puede descuidar la prioridad que es la buena vida de Gerardo Sosa y su familia.
