¿Huelga universitaria o chantaje contra el gobierno?

Los Sindicatos de Personal Académico y Único de Trabajadores y Empleados de la UAEH iniciaron una huelga debido a la falta de acuerdos con el rector universitario, Adolfo Pontigo Loyola, sobre el pliego petitorio que ingresaron en diciembre, en el que solicitaron un incremento en recursos, beneficios en vales de despensa, aguinaldos y bonos.

Al respecto existen diversas lecturas que van del sospechosismo de la repentina inconformidad del Grupo Universidad, que más bien parece una manifestación más para evitar rendir cuentas sobre el ejercicio del financiamiento público, así como una demostración de su poder de movilización.

Entre las curiosidades que hacen peculiar esta huelga, encontramos que se gesta por falta de acuerdos entre sindicatos y la rectoría de la UAEH, y fue Pontigo Loyola quien negoció con el gobierno estatal pero no se obtuvieron los beneficios esperados.

Además, el movimiento estalla justo después de que Adalid Aldana fue nombrada titular del órgano de control interno encargado de auditar a la UAEH, quien no pudo tomar protesta por encontrarse en proceso una demanda del Congreso del Estado sobre la sentencia que ratifica la autonomía de la Universidad sobre sus recursos.

Es decir, es una movilización que responde a una cuestión política que intenta amenazar al gobierno con las posibles consecuencias en caso de darse una confrontación por la famosa auditoría.

Sin embargo, la “huelga” pasa por alto el hecho de que el presupuesto en Hidalgo debe ser utilizado para los ramos de educación, salud, seguridad, raciones alimentarias, entre muchos otros, y no sólo se puede utilizar para sostener la nómina universitaria con múltiples beneficios, pues para hacerlo debería existir corresponsabilidad y transparentar la nómina, así como el uso del presupuesto concerniente.

De esta manera, la complicidad entre los sindicatos y Gerardo Sosa Castelán es evidente y ni siquiera es necesario explicarla, ya que cualquier persona medianamente enterada del panorama estatal sabría llegar a dicha conclusión, puesto que en la UAEH nadie tiene derecho a un espacio si no es bajo el consentimiento del exlíder de los porros.

Nadie puede dudar que arrancamos una semana bastante agitada por temas políticos en la UAEH, que recientemente obtuvo grandes beneficios de publicidad debido a su cercanía con Francisco Olvera Ruiz, quien ha buscado interferir en el apoyo al Grupo Universidad, pues ya se interpretan como uno solo.

De esta reciente unificación de olveristas y universitarios se adivinan diversas estrategias para desgastar la imagen del gobernador a través de movilizaciones y tergiversación de información, mientras que los huelguistas únicamente son aquellos enviados por Gerardo Sosa para defender su mina de oro.

Finalmente, debemos resaltar que el secretario de Gobierno, Simón Vargas, fue puntual y directo al anunciar el respeto a la autonomía universitaria, además de reconocerle su capacidad para orientar los recursos en sus demandas, por lo que dejan al Grupo Universidad sin argumentos contundentes.


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