Inflación fuera de control en México

Nada extraordinario ha informado el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre la evolución de la inflación en diciembre de 2017, cuando el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó un crecimiento de 0.59%, lo que hizo que la inflación anual llegara a 6.77%, mucho más que los incrementos registrados en el mismo mes y año anterior, los cuales fueron de 0.46% y 3.36%, con ello la tasa promedio mensual de inflación fue de 0.55% durante el año.

Después de la aprobación de la reforma energética los precios de los hidrocarburo han ido aumentando paulatinamente, y en 2018, al concluir la liberación de sus precios efectuada en etapas, los precios podrán subir o bajar de acuerdo a la oferta y la demanda, siempre que el gobierno no intervenga a través de las gasolineras de PEMEX para regular sus precios.  De este modo, de 2013 a 2017 sus precios pasaron de 10.92 pesos por litro a 17.11 pesos en la Magna; de 11.48 pesos por litro a 18.77 pesos en la Premium y de 11.20 pesos por litro a 17.97 pesos en el diésel.

Evidentemente, como era de esperarse, el aumento de los precios de las gasolinas y del gas, así como de las tarifas eléctricas (a excepción de las de bajo consumo), ha provocado que los precios de los productos y servicios se incrementen, llevando la inflación a 6.8%, la más alta en los últimos 16 años, debido a que los hidrocarburos constituyen la base de la fuente energética de la economía nacional.

Suponer que la inflación en 2018 podrá llegar a 3% es una falacia, salvo que el Banco de México restrinja tanto la circulación monetaria con los “cortos” aplicados en otros años tanto como sea necesario, lo cual afectará la creación de empleos. Por lo pronto, podríamos decir que una inflación del 6.8% no es nociva para la economía, siempre que fuera inducida por un aumento en la demanda provocada por un incremento en el empleo y no por los precios de los combustibles.

Al final, han sido los mexicanos quienes han pagado por la liberalización de los precios de los hidrocarburos, ellos han debido pagar más por los productos y servicios que compran en los mercados, mientras sus salarios han perdido, aún más, su poder de compra. Lo lógico sería que los precios se sitúen en  un nivel donde los consumidores premien a los mejores combustibles por su calidad y cantidad respecto al precio; sin embargo, debido a las imperfecciones de los mercados de nuestra economía esto difícilmente sucederá por ahora.

Lo cierto es que durante casi 24 años, el Banco de México y el gobierno han estado dirigiendo la economía con base en las metas de inflación, siempre encaprichados en mantenerla por debajo de 2%; ahora se les ha ido de las manos con la reforma energética, mientras que los vaivenes de la paridad del peso sobre el dólar siguen inyectando inestabilidad en los mercados financieros y afectando a las empresas importadoras de insumos, incrementando  los costos de muchas de ellas y, como consecuencia, los precios finales de sus productos en los mercados.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.