Inversión en tecnología y capacitación docente, el camino a seguir

Tomado del documento “Tecnologías digitales al servicio de la calidad educativa (VI).
Una propuesta de cambio centrada en el aprendizaje para todos”, publicado por la UNESCO

 

Un tema que ha acaparado las discusiones ha sido el propósito de las intervenciones, es decir, ¿para qué invertir en tecnología?

En años recientes, muchos países apostaron por modelos Uno a uno (un dispositivo para un estudiante). Entre las razones más comunes de los países de la región para decidir invertir en estos programas estuvo el progreso educativo, social y económico.

Algunas iniciativas se propusieron mejorar la competitividad económica de sus países, preparando a los estudiantes para poder navegar de manera exitosa un mercado laboral saturado de tecnología.

Otras se centraron en la igualdad de acceso a los recursos digitales y la reducción de la brecha digital. Para otros programas, el énfasis principal fue mejorar la calidad de la educación mediante prácticas nuevas tales como el aprendizaje centrado en el estudiante, ayudado por la tecnología.

Aquellas iniciativas que se propusieron objetivos más amplios y genéricos, como los antes mencionados, tienden a tener peores resultados en sus evaluaciones de impacto que aquellos programas con tecnología que cuentan con un propósito específico y acotado.

Tal vez ello explique, al menos en parte, el que los países han ido combinando esta estrategia con otras, disminuyendo el ritmo en que se buscaba mejorar la tasa de alumnos por computador, para centrarse en procesos más integrales.

En la publicación “El BID y la tecnología para mejorar el aprendizaje: ¿cómo promover programas efectivos?” (Arias y Cristia, 2014), se concluye que los programas con mayores probabilidades de éxito son aquellos que se enfocan en un objetivo específico de aprendizaje, por ejemplo: la mejora de resultados en matemáticas de tercer grado.

Estos autores plantean, además, que los programas podrían enfocarse en un rango de objetivos específicos que aborden por etapas y así alcanzar de manera gradual objetivos más amplios. Es decir, se observa un claro vínculo entre el propósito de las intervenciones y su potencial de éxito.

Se recomienda entonces la ampliación de los programas de manera progresiva, de manera que durante la implementación a través de estrategias sólidas de monitoreo y evaluación se obtenga información precisa sobre el efecto de la intervención.

Existe un reto adicional cuando pensamos en cómo traducir objetivos generales de política pública de las TIC en educación a objetivos específicos por institución educativa. Para Hattie sólo reconociendo estas diferencias entre instituciones y desarrollando un expertise colectivo entre docentes y entre sistemas donde se lleven a cabo discusiones sustantivas acerca del propósito de las intervenciones y los resultados deseados, se podrá alcanzar el éxito como país.

Es decir, sólo privilegiando y dotando de recursos actividades que fomenten esta ´política de expertise colaborativo´ se podrán cumplir los objetivos planteados. Sin embargo, no se debe dejar de lado que de la mano de la definición inicial de los objetivos de un proyecto de tecnología educativa debe plantearse de manera clara cómo se monitoreará su avance y cómo se medirán los impactos sobre el área que se propone mejorar.

De los proyectos Uno a Uno evaluados por Severin y Capota se observó que algunos se presentaron como educativos y luego intentaron medir su éxito usando métricas sociales, esto, claro está, resultó problemático y poco efectivo a la hora de valorar el impacto obtenido.

Las estrategias de monitoreo y evaluación incluidas en las primeras etapas de diseño brindarán la oportunidad de implementar medidas correctivas necesarias y enmendar el rumbo para alcanzar los objetivos planteados al inicio, antes de aumentar la escala de las intervenciones.

Sin embargo, el objetivo principal de la mayoría de los programas de tecnología y educación de la región hasta ahora valorados, se centra en mejorar los aprendizajes de los estudiantes en un sentido más general incluyendo áreas académicas como: lenguaje, ciencias o competencias digitales y habilidades generales como: análisis crítico, comunicación y trabajo colaborativo.

Apostar al desarrollo profesional de los docentes.

La revisión de la evidencia hasta ahora confirma una vez más la necesidad y relevancia de buenos docentes. Es erróneo pensar que, en esta era digital, la excelencia en la enseñanza va a dejar de importar y podamos llegar a pensar que los docentes pueden ser fácilmente reemplazados por plataformas o contenidos digitales que puedan adaptarse a las necesidades de cada estudiante.

La verdad es que hoy más que nunca, los docentes son importantes. La formación para el uso pedagógico de las TIC en la formación inicial de los docentes es extremadamente débil en casi todos los países de la región.

Ellos han enfocado en su mayoría la capacitación básica en el área de TIC en la formación en servicio, pero con una baja cobertura. Sólo seis países tienen programas a nivel nacional, y todos registran cifras inferiores al 50% de los docentes capacitados en el uso de TIC.

A pesar del crecimiento de programas para integrar tecnología en la enseñanza, los docentes utilizan los dispositivos de manera poco frecuente. Esto podría ser un reflejo de la rápida adopción que hacen los países de políticas públicas en la integración de las TIC, que no necesariamente incluyen recursos ni contemplan el tiempo necesario para la aceptación y adaptación de todos los actores en las instituciones educativas, especialmente los docentes.

Además, es importante resaltar que hasta la fecha hay poca evidencia e investigaciones sobre intervenciones dirigidas a los equipos directivos de las instituciones educativas. Aun así,  . Este trabajo conjunto con los docentes incluye motivación, liderazgo y apoyo a actividades de desarrollo profesional para los docentes.

Los modelos de capacitación docente actuales debieran cambiar y evolucionar, ya que no basta con la capacitación específica sobre el uso de TIC. Según Pedró, para hacer un cambio en la manera de enseñar es clave darles a los docentes confianza en cómo usar las tecnologías, reforzando la capacitación en el uso pedagógico de la tecnología.

Este desarrollo de competencias profesionales debe contar con un componente fuerte de acompañamiento personalizado al docente en el aula.

(Continuará).

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Por: Roberto Diez Gutiérrez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.






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ANDADOR - Roberto Diez Gutiérrez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.