Habíamos escuchado comentarios bastante encontrados acerca de “La chica del tren”, adaptación fílmica de un best seller de Paula Hawkins, dirigida por Tate Taylor, realizador de Historias cruzadas.
La heroína del título es Rebecca, la guapa Emily Blunt, que personifica a una alcohólica que con nostalgia ve desde un tren la vida que perdió. Pasa todos los días por su antigua casa, en la que vive su exesposo Tom (Justin Theroux), quien se ha vuelto a casar con la niñera Megan (Haley Bennett) y tienen una pequeña hija.
Rebecca también ve con envidia a la amorosa pareja formada por Scott (Luke Evans) y Anna (Rebecca Ferguson), hasta que descubre que ésta lo engaña con su terapeuta Kamal Abdic (Edgar Ramírez).
Rebecca se despierta una mañana cubierta de sangre, sin saber qué ha hecho la noche anterior, y de inmediato se convierte en la sospechosa ideal cuando se encuentra el cadáver de Anna.
Taylor maneja el suspenso a la Alfred Hitchcock, jugando a las apariencias, con un juego de espejos en el que nadie es lo que aparenta ser.
Ha sido éste el papel más difícil para Blunt, pues además de representar a una mujer avejentada, estaba embarazada durante la filmación.
The girl on the train resulta un entretenido filme de suspenso que será del agrado de los fans del género, o de los admiradores de la guapa Emily Blunt.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
