Cuando una sociedad tiene dudas sobre su realidad y se instruye y juega un rol político para hacer del Estado una dimensión de oportunidades para todos, las dudas se convierten en certidumbre.
El paulatino deterioro y derrumbe de Argentina desde el oprobio de las dictaduras militares y el populismo que se ha disfrazado de izquierda para convencer desde el peronismo hasta el kirchnerismo (ilusión absurda y falaz de lo que llaman centro-izquierda) ha apuntalado el ascenso de la ultraderecha delirante, matrera y con la rabia de ese fascismo que nulifica la razón para convertirse en el carnicero de los grandes intereses del capitalismo mundial.
Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza, un economista de corte liberal que se dice libertario -tal como se denominaron Mussolini y Hitler-, ha triunfado en las elecciones primarias de cara a la contienda presidencial, en un país donde la borrachera ensordecedora del triunfo mundialista le sigue nublando la mente a los hinchas que han encumbrado la etiqueta del mono argentino.
Las propuestas “libertarias” de Milei, que oscilan desde un capitalismo minarquista (de poder mínimo de Estado, seguridad y justicia) hasta el anarcocapitalismo (donde el Estado es el enemigo) que contempla eliminar el Banco Central, dolarizar Argentina, que la educación no sea gratuita ni obligatoria, que se pague por la atención de la salud, la libre portación de armas, la venta legal de órganos y la extinción de los impuestos, están a pocos pasos de encaramarse en la Casa Rosada.
La estupidez de esta plataforma política entroniza perfectamente con las propuestas de Mussolini y Hitler, donde el control del Estado sobre las organizaciones sindicales y sociales se extendía a la cultura, poniendo los grilletes de la opresión y el crimen de Estado; sólo que esta vez con el matiz de la libertad de mercado que se convertiría en la jungla social, pero según Milei con el uso de la voluntad y la razón en la enajenación de bienes.
Bajo esta tesitura, si gana Javier Milei, los pobres en Argentina pasarán del hambre al canibalismo, de la carencia a la depredación y de la desigualdad a la esclavitud bajo la etiqueta del mono libertario.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
