La visibilidad de la corrupción

Mientras el nuevo gobierno habla de combatir la corrupción y la impunidad -y denota que lo está haciendo-, las estelas de la indagatoria política por el carrusel de nombres que inicia con Rosario Robles y termina en Enrique Peña Nieto no abre la visibilidad necesaria para depurar al Estado.

¿Qué debe hacer el gobierno para poner en jaque a los corruptos? En definitiva, debe plantear nuevos protocolos para evitar, en su máxima expresión, las zonas de discrecionalidad que hacen posible que entre el sector público y privado se establezcan contubernios de grupo o de hombre a hombre, lo cual debe ser supervisado constantemente desde una licitación hacia quiénes y por qué se tomó tal o cual decisión, desde una compra hasta un nombramiento.

 

HECHOS, NO PALABRAS

De existir una operatividad plena de la búsqueda y control, la corrupción disminuiría sus niveles, pero si seguimos permitiendo que el gobierno no lo haga en público y de manera visible, es evidente que las zonas propicias para corromper un sistema seguirán, sin importar los discursos que existan al respecto. Transitar de las intenciones y la buena voluntad a los hechos es lo que hace falta.

 

URGE DISPOSICIÓN PARA CASTIGAR EL DELITO

En el recuento de los daños, el costo de la corrupción que debe soportar en sus espaldas la sociedad civil es inenarrable, por lo que deben aplicarse las leyes, no sólo la de extinción de dominio, sino también la eficiencia de las mismas que devela la eficiencia de quienes las hacen operativas, porque nada se persigue sin autoridades competentes y dispuestas a castigar el delito, esa es la verdadera madre de la impunidad.

 

CORRUPCIÓN, EL DOLOR DE CABEZA DE LA 4T

Hasta el cansancio escuchamos los discursos y retóricas de combate a la corrupción e impunidad, pero pocos y precarios han sido los resultados; vivimos en el México de los cañonazos de dinero para conseguir que la esfera pública nos cumpla. Ese México no ha cambiado ni ha desaparecido, sigue vigente y hasta ahora ni la cuarta transformación lo ha podido cambiar.

La paradoja es que se ha naturalizado la corrupción y el moche parece ser consustancial a los resultados en un trámite para cualquier cosa que solicitamos del Estado, además que el trámite es un puto calvario que nos empuja por tiempo y espacio a desembolsar dinero por corrupción, aunado a lo que ya nos cuesta el pinche trámite para poder llevarlo a cabo, ¡qué poca madre!

Consultoría política y contacto público: [email protected]

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.