Amanece y aun con los destellos de la resaca la vuelta a la realidad después de la cena de Navidad hace imposible no pensar en el año incierto que hemos vivido y en las pifias del gobierno de Manuelovich, que empieza a sentir lo duro y lo tupido de gobernar.
Es palpable que a AMLO le resultó más fácil llegar a la presidencia que gobernar, porque gobernar cuenta con la acción de la oposición, además que requiere la pericia y profesionalismo de quienes te ayudan a conducir el gobierno, variables con las que difícilmente cuenta López Obrador y, que ahora, se suman a las terribles críticas de propios y extraños, como intelectuales y políticos que con ironía ven que error tras error, el gobierno del Peje se resbala.
En la sumatoria de estas semanas de gestión gubernamental destaca el resbalón con la Suprema Corte de Justicia que le impidió la rebaja de sueldos al Poder Judicial; también, las pifias de la Reforma Educativa que censuraban la autonomía de las universidades públicas, cuestión que de manera iracunda protestaron políticos, intelectuales, académicos y estudiantes, para que después con su cara de pendejo el Secretario de Educación, Esteban Moctezuma, apareciera en los medios diciendo, fue error de dedo (no mamen).
Por si fuera poco, pese a que Manuelovich se ha acercado a Trump por el problema migratorio y a cambio de que México se convierta en re-orientador de la migración y la contenga en su territorio, Estados Unidos le brinde apoyos de todos tipos, el gobierno del Peje ha recortado el presupuesto para apoyar a la migración, es decir, predica en el desierto, con todos los estragos que esto causará.
Sumado a todo esto, Naciones Unidas ha impugnado la creación de la Guardia Nacional, por considerar que es una medida punitiva, que castigará a la población en materia de seguridad, más que reorientar la política de seguridad pública, lo que muestra que el fuego no se combate con el fuego, por lo que la impericia y la sordera se hacen presentes.
Y qué decir del tren Maya, donde en un ritual nunca antes visto se le pidió permiso a la “Madre tierra”, para que las máquinas transiten por sus caminos, mamarrachada al estilo del “curandero de la selva”, “Indiana Jones”, o bien, de la “Paca” en la osamenta del encanto.
Ustedes díganme si con estas pifias se puede dormir en paz y tranquilidad.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
