Los pendejos esclavos del #MeToo

De poco o nada sirvió la tragedia que protagonizó Armando Vega Gil,  integrante del grupo de rock “Botellita de Jerez”, quien se quitó la vida tras una denuncia anónima en la cuenta de Twitter @MeTooMúsicosMexicanos, porque la irresponsabilidad de esta red se multiplica en otras sin que existan leyes o arreglos legales para tratar de evitar este tipo de tropelías.

El pedo con las redes sociales que te permiten ser tú sin ser tú, porque a través de una máscara te atreves a ser o decir lo que en la vida cotidiana no harías, lo cual se une a las necesidades afectivas y eróticas de la sociedad, donde tener amigos y buscar satisfacer la sexualidad abiertamente o a escondidas es más que necesario en sociedades banales y superfluas.

Si la muerte es la suma con la que se puede pagar una pendejada en estas redes de la esclavitud mental, moral y social, no lo es menos el hecho de que se puede destruir la credibilidad e integridad personal por medio de una acusación sin que existan pruebas legales que avalen la denuncia, esto sucede con la mierda de #MeToo, sin que exista un contra-portal para descalificar la descalificación.

Los que confluyen en las redes sociales se convierten en jueces cuasi-legales de las denuncias, creando un escenario proclive al pogromo o al patíbulo social, cuestión evidente y abiertamente peligrosa de la que somos mudos testigos, mientras los usuarios de las redes utilizan su hocico escrito para proferir ofensas disfrazadas de “verdad”, y esto hay que tomarlo con pinzas de todos los puntos de vista y aspectos posibles.

Las denuncias de la sociedad a los sujetos sociales deben hacerse de frente y cara a cara con la ley, no se puede hacer Fuente Ovejuna de una denuncia o el cuento de Pedrito y el lobo, porque lo que se hace es destruir a otros seres humanos con la frase traicionera o la palabra incierta, lo cual equivale a ponerle una pistola en la sien a una persona desarmada.

Te invito a que crees un portal #MeTooContraDescalificación para que todo quede en entredicho y volvamos a la Ley y a los tribunales; de lo contrario, seguiremos siendo esclavos de esta gran y absurda pendejada conocida como #MeToo.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.