ORGULLO NACIONAL. Alma Guillermoprieto: Premio Princesa de Asturias de Comunicación 2018

Redacción

Cuatro décadas dedicadas al periodismo llevaron a la mexicana Alma Estela Guillermoprieto a ganar el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2018, y después de tanto, la galardonada asegura que no se le ha acabado la curiosidad por el mundo.

La periodista, radicada en Bogotá, confiesa que recibió la noticia del premio asombrada porque es algo “muy grande, inmenso y absolutamente inesperado”.

“Todavía estoy asimilando el impacto y lo que significa”, un premio que es un estímulo, admite, para vivir, trabajar y escribir.

Sobre sus 40 años de “oficio”, como ella dice, más que un reportaje o historia que la hayan marcado, está “el impacto de un continente” a lo largo de cuatro décadas.

“Estoy pensando mucho en Nicaragua, porque allí empecé y lo que sucede hoy en día allá es terrible y circular”, explica en alusión a los muertos en las protestas ciudadanas de los últimos días contra el gobierno del presidente de ese país centroamericano, Daniel Ortega.

Sobre su experiencia de reportera para gran cantidad de medios anglosajones, señala que, en la medida de lo posible, ella ha tratado de comunicar la realidad de Iberoamérica: “Estados Unidos e Inglaterra han sido enormemente generosos conmigo y con lo que yo digo”, reconoce.

Asimismo, señala que también hay que admitir que el interés de EU por América Latina se acabó con los atentados yihadistas del 11 de septiembre de 2001.

“Estados Unidos está obsesionado consigo mismo y con razón”, dice. Ahora espera retomar un libro en el que trabaja sobre la paz en Colombia, y “ojalá se consolide”, espera, para poder reportear como nunca, “libremente en un país sin miedo”.

Guillermoprieto nació en México en 1949 y es maestra de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI). Gran parte de su vida la vivió en Nueva York, donde se desarrolló como bailarina. Su carrera periodística inició con el cubrimiento como corresponsal para diarios de habla inglesa como ‘The Guardian’ y ‘The Washington Post’ en la segunda mitad del siglo XX.