Político que no sale de su oficina, no sirve para político

María Luisa Pérez Perusquía es diputada plurinominal por segunda ocasión; ocupa una curul sin ganarse la confianza ciudadana a través del voto y esto refleja el grave problema de los listados plurinominales que en muy contadas ocasiones representan militancia o ciudadanía. Las listas plurinominales deberían abrirse al voto directo o ser suplidas por el arribo de segundos lugares en votación distrital.

La falta de representatividad que encarna Pérez Perusquía es el mismo padecimiento de los 17 diputados de Morena beneficiados de un voto en cascada, generado en la mayoría de los casos por el enojo de priistas con el PRI.

En paralelo, Morena se llena de cuadros priistas, una de sus posibles futuras militantes, según dicen, podría ser Carolina Viggiano, quien al parecer busca “empoderarse” en la Huasteca hidalguense, contando con Rubén Moreira como negociador en dichos menesteres. Esto hace que el trabajo de los 17 de Morena se convierta en doble reto: generar una imagen desvinculada del PRI y lograr la representatividad ciudadana.

Mucho se ha dicho que el grupo parlamentario morenista sólo representa los intereses políticos de Gerardo Sosa Castelán, quien es vinculado con un oscuro pasado, pero también recordado por su labor como dirigente priista que se preocupó y mejoró las condiciones laborales en el cubo de Colosio, además de mantenerse cercano a la militancia tricolor. Entonces, si los morenistas sólo representan a Sosa Castelán, deberían emular sus positivos, y si no es el caso, deberían estar saliendo a recorrer distritos para representar a la ciudadanía.

Luego, las fortalezas que los 17 mostraron al pelear la presidencia de la Junta de Gobierno en pos del principio de representatividad en la democracia los hizo proyectarse como un grupo fuerte, pero esa parte ha quedado atrás y llegó el momento de materializar dicha representatividad.

De aquí se desprende el porqué vitorear las posturas de Adela Pérez Noriega; la respuesta no tiene mayor complicación: es la única legisladora votada por la confianza ciudadana en su trabajo de recorrer y permanecer cercana a la gente durante años. Hace suyas las virtudes políticas del grupo osorista, caracterizado por trabajo permanente en tierra que les permite conocer y representar las necesidades de la población, que es la esencia de votar representantes.

Por tanto, los morenistas deberán ganar credibilidad ante la ciudadanía con trabajo en los distritos que representan, pues hasta el momento es un tema que han descuidado y que podría definir sus carreras políticas lejos de permanecer, solamente, como beneficiarios de acuerdos y negociaciones, abonando a su instituto político.

El ejercicio es simple: político que no sale de su oficina para trabajar, no sirve para político. Basta ver a Abraham Mendoza Zenteno y Leoncio Pineda Godos, quienes pasaron un proceso político trascendental en sus oficinas, solamente observando la operación política de actores diversos.

Los 17 tienen ante sí el reto de la representatividad: ser una bancada de oficina analizando estadísticas, o diputadas y diputados que conocen y representan sus distritos, respuesta que depende de ellos y sólo podremos observar.

Por: Martha Sáenz

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