El PRI parece desdibujado con su vuelta a Los Pinos en 2012 y las reformas del presidente Enrique Peña Nieto. Alejado del nacionalismo revolucionario y siendo el artífice de enterrar uno de los principios sagrados que llevaron a miles de mexicanos a tomar las armas y se acuñó durante años en todos los documentos oficiales del gobierno para que no se olvidara: “Sufragio Efectivo. No Reelección”, el PRI ahora busca volver a sus raíces para no diluirse en la historia después de su giro a la derecha en su reciente regreso al gobierno.
El exgobernador, diputado y senador del PRI, Manlio Fabio Beltrones, ha reflexionado sobre su partido de cara a las elecciones generales de 2018. Considerando el deterioro que el tricolor ha sufrido durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, ha señalado que si algo le puede hacer daño al PRI es desdoblarse hacia la derecha, como le sucedió al PRD, que con sus alianzas electorales con sus opuestos se diluyó y fortaleció otra opción, Morena.
Por esa razón, Beltrones considera que el PRI está obligado históricamente a desdoblarse hacia la izquierda como un partido progresista, no un grupo conservador; “de ahí la importancia de la postulación de un candidato. Si el candidato que resuelva el PRI es de carácter conservador, no laico y gira a la derecha, el PRI perderá su esencia”, afirma.
Beltrones no está alejado de la realidad: si hoy algo puede cambiar la historia actual de su partido y salvarlo de su desmoronamiento, es volver a sus orígenes. En 2012 la mayoría del 38% de los electores se inclinaron por Enrique Peña Nieto lo hicieron pensando en el nacionalismo revolucionario con que se identificaron durante años; miles de sus militantes que fueron excluidos del gobierno en el año 2000 con la llegada del PAN al poder, soñaron con volver a estar dentro de las estructuras del gobierno federal y se quedaron esperando, hundidos en la desilusión.
Mientras que muchos de los que fueron considerados para incorporarse a las diferentes secretarías de Estado debieron digerir lentamente la política que desde Los Pinos se fue tejiendo. En muchas secretarías, a mitad del sexenio, no faltaron cuadros del PRI que trataban de hacer entender a los militantes que debían esperar un poco y tener paciencia para incorporarse a trabajar en el gobierno, señalándoles que el presidente tenía compromisos pero que pronto podrían ser incorporados.
No se trata sólo de la desilusión de los mexicanos que votaron por el PRI en 2012, sino de la desilusión de miles y miles de sus militantes, y ni hablar de los simpatizantes. ¿Ahora quién podrá creer en el PRI para trabajar y mantenerlo en Los Pinos? Es cierto lo que plantea Beltrones: “En política y en la vida es muy difícil caminar sin la combinación de la experiencia y las nuevas generaciones. La experiencia es lo único que no se jubila. Tampoco es algo que se consiga en el mercado. Al desideologizarse los partidos políticos se convierten en un simple vehículo que transportan ambiciones de intereses, ambiciones de carácter personal pero no en conjunto de un partido”. Y precisamente ese ha sido el error de los militantes del PRI, del propio partido: perder la brújula que los mantenía en la preferencia de millones de mexicanos, cambiar sus banderas para girar a la derecha por ambición.
La llegada de miles de juniors al PRI ha hecho que se convierta en el medio para llegar y ejercer el poder por el poder mismo, de ahí los casos de corrupción. Al respecto, Beltrones opina que los partidos políticos en México, como ha sucedido en otras partes, se han olvidado de su principal tarea, que es garantizar buenos gobiernos; “hoy en día se dedican exclusivamente a ganar elecciones, lo que les importa es ganar aunque después no puedan gobernar”, subraya.
A la vez, Beltrones considera que él nunca buscará justificar los elementos delictivos y de corrupción en la que han caído varios de los militantes de su partido, “ni tampoco creeré que simplemente con anunciar un sistema anticorrupción va a acabar todo. Se necesita combatir la impunidad. Es la tarea de este y otros gobiernos”, precisa.
Es evidente que dentro del PRI existen diferentes corrientes y que no será fácil llegar a consensos para postulara su candidato a la Presidencia, ni sus candidatos a diputados y senadores, donde los intereses se enfrentarán, al margen de que se hable de candidatos de unidad. Pero aún más, es probable que estemos en la antesala de otro desgajamiento del PRI, cuyos militantes podrían incorporarse a Morena, pues al final la esencia de esta organización política está fundada en el PRI y ahí han llegado todos los militantes que en los últimos años han desertado.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
