En 1974 Charles Bronson estelarizó “El vengador anónimo”, una cinta de Michael Winner que narraba la historia de un comerciante neoyorquino que ante la inoperancia de la justicia por el crimen de su esposa decidía tomar acción. El argumento tuvo tanto éxito que mereció cuatro secuelas, por eso resulta sorpresivo el estreno de “El deseo de matar”, una nueva versión de Eli Roth protagonizada por Bruce Willis.
El guión de Joe Carnahan sobre la novela de Brian Garfield tiene ligeras variantes: Willis interpreta al doctor Paul Kersey, quien vive feliz con su esposa, Lucy (Elisabeth Shue) y su hija, Jordan (Camila Morrone), hasta que unos ladrones entran a su domicilio, matan a su esposa y dejan en coma a su hija. Los detectives Kevin y Leonore (Dean Norris y Kimberly Elise) no avanzan en sus pesquisas y motivan a que Kersey consiga un arma y salga en busca de los culpables.
Uno de los pocos aciertos de la cinta de Winner es que el vengador nunca encontraba a los verdaderos culpables, pero en la cinta actual sí lo hace, con lo que el asunto se convierte en una sangrienta venganza.
Roth, el productor de la sanguinaria “Hostal” se regodea en las escenas violentas con la excusa de que el héroe de “Duro de matar” simplemente hace justicia, por lo que Death wish es un violento remake que seguramente no tendrá el éxito de sus antecesoras, con todo y la presencia del ya veterano Willis.
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Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
