Residuos del desastre político

La alianza PAN-PRD-MC ha trazado el camino a la atomización de la contienda presidencial de 2018.

La teoría política es clara: cuando en un proceso de contienda electoral la oferta política se fragmenta, invariablemente, los partidos mayoritarios se favorecen porque su base de sustentación es mayor. A río revuelto, ganancia de pescadores.

Los datos empíricos enuncian que la jugada presidencial de 2018 ya se acotó a dos fuerzas políticas: PRI y MORENA.

Todo apunta que la elección de 2018 será cerrada, que la chiquillada partidista no incidirá en el rumbo de la contienda y que todo presagia tormenta para las otrora fuerzas importantes: PAN y PRD.

La erosión tanto del PAN como del PRD, se ha fraguado desde hace más de un sexenio; su debilitamiento tiene que ver, en el caso del PAN, con el fin de la utopía de la transición a la democracia y, en el caso del PRD, con la fractura de la llamada “izquierda mexicana”, ante la escisión de Andes Manuel López Obrador, que ha demostrado que cuenta con un capital político importante, no sólo para hacer temblar al PRD, sino también al PRI.

Así las cosas, la elección presidencial de 2018 se pone calientita, pero nada hace pensar, con todo y la fuerza de MORENA, que López Obrador pueda ser el próximo presidente de México, porque el peso de la propaganda en su contra, aunado a la carencia de claridad política de la ciudadanía, le auguran el mismo epitafio que en el pasado proceso.

Por su parte, aquello de “más vale malo por conocido que bueno por conocer” le viene como anillo al dedo al PRI, que pese a toda la serie de inconsistencias que ha experimentado, se presenta como la opción con mayor fuerza política y con la acostumbrada dosis estratégica de operación política que lo caracteriza como partido.

Lo que está todavía en el limbo es la capacidad de movilización política que pudiera presentar MORENA de sentirse vulnerada por fraude o anomalías en el proceso electoral, pero, hasta ahora, López Obrador ha refrendado que de existir resistencia, será pacífica y en el marco de la ley, condiciones que no hacen prever que la sangre llegará al rio.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.






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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.