Los grandes hombres en la historia de la humanidad jamás tuvieron intereses mezquinos o sectarios, ni impusieron su razón por medio de la opresión o la explotación humana.
Se cumplen 50 años del golpe de Estado en Chile y las palabras de Salvador Allende Gossens parecen ilustrar el fatídico camino de los pueblos oprimidos por los intereses de clase de las élites del poder, que entraña el castigo a la razón y a la conciencia que en Chile creó campos de concentración donde el crimen, la tortura y el genocidio permitieron “restablecer el orden político” para quienes la humanidad es una moneda de cambio.
Después de 50 años del asesinato, tortura y exilio de miles de chilenos desde aquel 11 de septiembre, el gobierno de Estados Unidos y su Central de Inteligencia han desclasificado infinidad de documentos que demuestran que el golpe de Estado se edificó desde Washington en complacencia con las élites económicas y el ejército chileno, que depusieron a sangre y fuego un proyecto social legítimo y democrático para crear dictaduras fascistas como la de Augusto Pinochet.
Salvador Allende Gossens ha pasado a la historia como un demócrata, un hombre cuya conciencia social fue inquebrantable y que alcanzó con el metal de su voz la conciencia y el aliento de millones de chilenos, trascendiendo las fronteras de su país y su tiempo histórico.
Recuerdo a Salvador Allende con el peso de su palabra cierta de hombre limpio; lo recuerdo con el vibrante discurso de “Las Grandes Alamedas”, el cual es inmortal y sigue siendo una lección moral a la humanidad.
La conciencia de la humanidad no puede ser cegada por la opresión o la fuerza, quizá esa es la lección más grande que debe aprender un pueblo, como indicó Salvador Allende Gossens, pero también como lección moral frente a la opresión de clase que pretende mimetizarse desde la razón, para encubrir el crimen y la sedición.
Salvador Allende Gossens entregó su vida defendiendo la democracia de su pueblo y señaló: “Tengo fe en Chile y su destino, superará otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse… sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.
¡La historia es nuestra y la hacen los pueblos!
Dedicado a Salvador Allende,
un hombre que jamás renunció
a la dignidad humana.
Consultoría política y conferencias: [email protected]
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
