Ser y Devenir 66

—¿Por qué la odias tanto? —le pregunto a Nietzsche.

—Por hija de la chingada.

—¿Sólo porque no te hizo caso?

—¡No me valoró!

—Sí te valoró, aunque no como tú querías.

—¡Es una hija de su puta madre!

—Deja de hablar así de ella.

—Maldita perra.

—Sólo lo dices porque no correspondió a tus sentimientos.

—¡Me traicionó!

—No te traicionó.

—¡Me engañó!

—Malinterpretaste su encanto.

—¡Yo la quería!

—Pero ella a ti no, y el sentimiento no es una elección. Nadie quiere (sentimentalmente) a alguien por decreto racional, simplemente se da. Es lo incontrolable ¿recuerdas?

—Pero yo sí la quería… ¡Y mucho!

—¿Estás arrepentido?

—¿De qué?

—De estar enamorado de ella.

—Lo estaría si el sentimiento fuera una elección, pero no puedo arrepentirme de algo que no puedo controlar ¿recuerdas?

—Tú sabes a lo que me refiero.

—No —me contesta luego de una pausa.

—No ¿qué?

—No estoy arrepentido de amar a Lou Andreas-Salomé.

Una noche soñé con Teresa, la muchacha del mercado que me ayudó cuando patearon a mi perro. Estábamos tendidos sobre un hermoso claro en medio del bosque, desnudos. Ella acariciaba mi cuello, mi pecho, mi vientre y, al besarme, desperté súbitamente. Había eyaculado por primera vez. ¿Significa que ya no soy un niño? A partir de esa noche pensaba en ella todos los días (y varias veces al día).

—Ya no sueñes conmigo —me dijo en otro sueño.

Una semana después me dieron de alta, salí de la clínica penitenciaria y finalmente me llevaron a mi celda. Aún traía el yeso en mi brazo, una férula en el tobillo y analgésicos  en el torrente sanguíneo. Salí emocionado pero al llegar todo era muy diferente a mi primera estadía, donde era posible la convivencia y el soborno; ahora estaba en una situación de absoluto control en una sección para presos aislados por completo. Comer, bañarse y salir por unos minutos a un diminuto patio, siempre lo hacía acompañado (vigilado) por dos monstruosos guardias.

—¡Muévete, pendejo de mierda! —me dijeron.

—Eso intento.

—¡Pues inténtalo bien!

—¿No ven que tengo lastimado el pie?

Me respondieron con una descarga eléctrica, el encierro de un mes en una celda de castigos en total oscuridad y, lo más cruel, la suspensión de analgésicos. Las condiciones materiales habían cambiado y mi espíritu se estaba transformando.

El mes más doloroso de mi vida.

 

Continúa 67

 

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".