El gobernador de Texas, Greg Abott, se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para la administración de Joe Biden y comienza nuevamente a darle voz a un discurso racista en contra de los inmigrantes mexicanos y centroamericanos. Estos argumentos ya le han dado el triunfo presidencial al Partido Republicano y ahora se muestra como el sendero que lo llevará nuevamente hacia la victoria en las elecciones de noviembre próximo, en donde se espera ver a Donald Trump con una fuerza tal vez mayor a la que tenía cuando fue nombrado presidente en 2016.
Biden ha sido fuertemente criticado y evidenciado por el gobernador de Texas, Greg Abott, quien bajo una lógica sumamente racista ha denunciado que el mandatario permite la entrada a criminales, violadores y terroristas en la frontera con México. Después de que el gobernador enviara una serie de cartas a Washington y que, según él, haya sido ignorado por el gobierno federal, decidió tomar acciones que han sido controversiales en todo el país y que lo han dividido en bandos con ideologías muy diferentes.
Esta problemática ha ido escalando cada vez más, al grado de que muchos gobernadores de otros estados de corte republicano, como el de Oklahoma y el de Florida, han mostrado su apoyo al gobierno texano y le han enviado elementos para que continúe con la operación “Estrella Solitaria”, con la cual se busca frenar la migración de manera violenta, desplegando cuerpos militares de la Guardia Nacional, colocando barricadas o alambres de púas en la frontera terrestre y boyas gigantes a lo largo del río Bravo, lo que lamentablemente le ha arrebatado la vida a un gran número de personas que van en búsqueda de un mayor salario y mejores condiciones de vida.
Estas acciones han sido apoyadas por muchos estadounidenses y en las redes sociales no sólo ha ganado fuerza el Partido Republicano y el movimiento de Trump, que claramente apoya al gobierno de Texas, sino que de manera más radical se ha comenzado a viralizar el término “Texit”, haciendo alusión a un ideal de que Texas se separe de Estados Unidos, tal como lo hizo Gran Bretaña cuando se salió de la Unión Europea con el “Brexit”. Este suceso significaría un gran golpe para la economía estadounidense, y aunque se visualiza como una posibilidad bastante lejana, queda en evidencia la creencia de superioridad que siempre ha tenido el estado sureño.
Sin lugar a dudas, esto va sembrando en el colectivo estadounidense una mala imagen acerca de nuestro país y sobre los inmigrantes, lo cual no sólo seguramente desembocará en la victoria de Trump, sino que podría significar una mayor intervención estadounidense en México, con el argumento de que ejercen su derecho a la legítima defensa en contra de los narcotraficantes, criminales y terroristas que rondan en nuestras fronteras, como si ellos no tuvieran también en su país una red de narcotráfico inmensa que mueve y financia la droga de los cárteles mexicanos. Ellos son el problema y no se dan cuenta, o tal vez no quieren hacerlo.
Por: Carlos Nander
Estudiante de la disciplina de las Relaciones Internacionales en búsqueda de los posibles efectos que pueden generar dentro de nuestro país. Amante del conocimiento, la historia y el cine.
