Ceresos de Hidalgo, entre los peores de México

Uno de los temas que más deben de preocupar al gobierno es el relativo a las cárceles, también llamados centros de reclusión, prisiones o Ceresos, al tomar las iniciales de Centros de Readaptación Social.

Tal  vez haya muchos aspectos que pudieran ponerse a discusión sobre lo bueno o malo que ocurre en estos lugares, pero lo que está muy claro es que son todo menos espacios en donde los internos, hombres y mujeres, puedan vivir un proceso de readaptación, si partimos de la base de que han sido privados de su libertad al cometer un delito que nos hace calificarlos como desadaptados sociales.

No son pocos los casos en que han ocurrido hechos violentos en diferentes Ceresos del país, con resultados francamente escalofriantes, con muertos y heridos. Tal vez es el resultado de la información emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en el sentido de que el 50 por ciento de los centros de reclusión son controlados por grupos antagónicos de internos, todos relacionados con el crimen organizado.

El diagnóstico nacional de supervisión penitenciaria nos dice que los Ceresos peor calificados (en escala de 10) son: Nayarit con 3.7; Guerrero, 4.39; Hidalgo, 4.62; Quintana Roo, 4.69; Tamaulipas, 4.95; Oaxaca, 5.25; Nuevo León, 5.46; Baja California Sur, 5.75 y Sinaloa, 5.88.  O sea, aquí ocupamos el nada envidiable tercer lugar entre los peores a nivel nacional  en este renglón.

Como sabemos, los centros de readaptación en Hidalgo, entre locales y distritales, de Pachuca, Tulancingo, Tula, Ixmiquilpan, Apan, Zimapán, Metztitlán, Jaltocán, Actopan, Jacala, Mixquiahuala, Molango, Tenango y Huichapan,tienen una población de 2 mil 500 internos entre mujeres y hombres, y con una sobrepoblación que va desde el 50 hasta el 200 por ciento.

Son muchas las razones por las que los Ceresos en México están en muy malas condiciones de administración  -amén de las físicas-, pero sin duda uno de los mayores problemas es la corrupción que reina en todos ellos. Otro de los graves problemas, nos dice Ruth Villanueva, visitadora de la CNDH, es el sistema de justicia en donde los jueces frenan el traslado de internos de alta peligrosidad a centros de máxima seguridad, lo que genera el auto gobierno en las prisiones.

Un inconveniente más al que se enfrentan estos centros de readaptación es que normalmente existe sobrepoblación. Se ignora la normatividad internacional, que dice que para que una cárcel opere bien no debe pasar de mil internos y en nuestro país hay centros hasta con dos mil presos.

Lo anterior trae como consecuencia el hacinamiento, por ejemplo,en zonas donde deben convivir cuatro personas, lo hacen hasta 30. Según un estudio reciente, en las prisiones con mayores problemas de hacinamiento nuevamente aparece Hidalgo con el caso Actopan, sólo superado por el de Chilpancingo, el de Oaxaca y el de Quintana Roo. Lugares más abajo aparecen los Ceresos de Tula y de Tulancingo, también como de los más sobrepoblados.

Por cuanto a las cifras de hechos violentos, los números también son graves en demasía. En los meses recientes se da cuenta de 85 homicidios, 24 suicidios, 694 riñas, cinco motines, 361 desórdenes y 81 abusos. Los motines ocurrieron en Baja California Sur, Estado de México, Hidalgo, Nuevo León y Sonora. Las alteraciones se dieron por diferencias personales, agresiones mutuas, motivos patrimoniales, estrés, extorsión, desigualdades de condiciones, abuso sexual y consumo de bebidas alcohólicas y consumo de drogas.

Las cosas no mejoran en los llamados Ceferesos, es decir, los centros federales de readaptación social. El peor es el de Chihuahua con una calificación de 6.17; mientras que el que ofrece mejores condiciones es el localizado en las Islas Marías, llamado El Aserradero, con calificación de 8.61.

Un problema al que poca atención se le ha puesto en los Ceresos del país es el que se refiere a los inimputables, es decir, a enfermos mentales con padecimientos desde ligeros hasta muy graves, y que en reciente trabajo de investigación se calculó en casi 5 mil internos. Aquí cabe hacer notar que el INEGI no presenta cifras  sobre el estado de salud de los internos con este tipo de males.

Todos ellos recluidos en prisiones, digamos que “normales”, sin perder de vista que la Ley Nacional de Ejecución Penal establece que  deben cumplir sus penas en establecimientos destinados para este propósito, distintos de los centro de extinción de penas y de prisión preventiva.

No debemos perder de vista que en México también hay prisiones militares como la de Tercera Región en Mazatlán, la de Quinta Región en Zapopán, Jalisco y el de la Primera Región Campo Militar número 1 de la Ciudad de México, algunas con negros historiales de causas más que penales, políticas.

Con toda seguridad, las prisiones que guardan las peores condiciones son las llamadas municipales. De los problemas que les caracterizan, los investigadores focalizan la falta de actividades laborales, separación entre procesados y sentenciados, falta de áreas médicas y medicinas, hacinamiento, deficiencias en la alimentación, falta de capacitación del personal penitenciario e insalubridad en los servicios de cocina y  comedores.

Entre las prisiones peor evaluadas también aparece una de Hidalgo, apenas debajo de Nayarit y arriba de otras menos malas como las de Jalisco, Tabasco, Chiapas, Nuevo León, Puebla y Quintana Roo.

El tema es extenso y en todos los casos se habla de calificaciones negativas, pues las condiciones son malas, definitivamente. Y el caso de la corrupción que reina en los Ceresos puede ser motivo, sin duda, de una entrega en especial. Tal vez sea como en otros ámbitos del gobierno, el peor de los males, y lo más grave es que no se ve una luz en el horizonte que nos anime a pensar que las cosas pronto van a cambiar.

Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… Entre nos.

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Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz

*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.


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ENTRE NOS... - José Guadalupe Rodríguez Cruz

*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.