En el cristianismo, el bautismo es un acto en el cual una persona es sumergida en agua para simbolizar el fin de un modo de vida y el comienzo de uno nuevo. Ese anterior modo de vida es el símbolo de los pecados y el bautismo equivale al perdón.
Hoy en día, ser parte de Morena (y sobre todo con un cargo público) es igual a haber recibido el bautismo y, por lo tanto, el perdón de su antiguo modo de vida.
Así parece haber sucedido con Julio Menchaca.
La mayoría de las personas no lo conocen, no saben de sus orígenes, de su pasado, mucho menos de sus logros; la realidad es que lo más destacado de su carrera política se lo debía al PRI, hasta que, de la nada, le tocó la senaduría por Morena.
Julio Menchaca egresó de la Licenciatura en Derecho de la UAEH. Su vida política la inició en el PRI. Trabajó para el gobierno del estado y tras ocupar diversos puestos públicos, logró ser presidente del Tribunal Superior de Justicia y diputado local por el PRI.
Posteriormente, Menchaca fue relegado, nunca más ocupó otro cargo público y reapareció en el 2016 como candidato independiente para la presidencia municipal de Pachuca.
Si no fuera por el “bautismo” que recibió Menchaca por parte de Morena, su vida política estaría sepultada. Curiosamente, su larga ausencia le ha permitido ocultar su pasado y mostrarse como uno más de la 4T, resurgido no por el apoyo popular, sino por los amarres de la cúpula morenista que ni ve ni escucha al pueblo.
La realidad es que en Hidalgo no existe una auténtica y sólida izquierda, por lo que Morena se ha convertido en el receptáculo del priísmo excluido, del priísmo olvidado y del viejo PRI, como sería el caso de Julio Menchaca.
Julio Menchaca no es producto de la lucha social ni ha destacado nunca por la defensa de las minorías o de los excluidos. Julio Menchaca es producto de los privilegios del poder, del dedazo y la lealtad ciega.
Por: Leonardo Flores Solís
Abogado de profesión y activista por vocación. Soy producto de la justicia social. Maestro en Derecho por la UNAM y licenciado en Derecho por la UAEH. Soy más puma que garza.
