Más dinero=mejor educación

(Tomado del documento: “Declaración de Incheon y Marco de Acción para la realización del

Objetivo de Desarrollo Sostenible 4”, publicado por la UNESCO)

En la Cumbre de Oslo sobre Educación para el Desarrollo y la Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, ambas llevadas a cabo en 2015, se afirmó que es necesario incrementar considerablemente la financiación para conseguir el Objetivo del Desarrollo Sostenible (ODS) 4.

La ejecución plena del ODS 4-agenda Educación 2030 requiere una financiación sostenida, innovadora y bien orientada, y acuerdos eficaces de aplicación, en especial en los países más alejados de conseguir la educación de calidad para todos, en todos los niveles y en las situaciones de emergencia.

Reconociendo los desafíos en materia de financiación y recursos, en la Cumbre de Oslo se creó una comisión de alto nivel, la Comisión Internacional sobre la Financiación de las Oportunidades para la Educación Mundial, como un firme primer paso para redinamizar la promoción de la inversión en la educación y acabar con el déficit actual de financiación.

Los esfuerzos destinados a colmar la brecha de financiación deben comenzar con la financiación interna. Al mismo tiempo, las finanzas públicas internacionales desempeñan un papel importante para complementar las medidas de los países encaminadas a movilizar recursos públicos dentro de ellos, particularmente en los países más pobres y vulnerables en los que los recursos internos son limitados. Se necesitarán también enfoques alternativos e innovadores.

En la Agenda de Acción de Addis Abeba se alienta a los países a fijar metas de gasto apropiadas para cada uno de ellos en materia de educación. Los contextos nacionales son diversos, pero los siguientes indicadores internacionales y regionales constituyen puntos de referencia fundamentales:

• asignar por lo menos entre el 4 % y el 6 % del producto interno bruto (PIB) a la educación; y/o

• asignar por lo menos entre el 15 % y el 20 % del gasto público a la educación.

En la Declaración de Incheon se instó a alcanzar esos indicadores y se expresó la determinación de aumentar el gasto público en educación en función de los contextos nacionales. En 2012, los países asignaron, en promedio, el 5 % del PIB y el 13,7 % del gasto público a la educación.

Los países menos adelantados necesitan alcanzar o sobrepasar el límite más elevado de dichos indicadores para conseguir las metas que se exponen en el presente Marco de Acción. Esto lo confirma también un análisis de lo que costaría lograr la educación preescolar, primaria y secundaria universal en los países de ingresos bajos y medianos-bajos de aquí a 2030, en el que se prevé un aumento de 149,000 millones de dólares estadounidenses en 2012 a 340,000 millones, en promedio, entre 2015 y 2030.

El incremento necesario del gasto se podría lograr de las maneras que se exponen a continuación.

Aumentar y mejorar la financiación de la educación en el plano nacional.

Como los recursos internos seguirán siendo la mayor fuente de fondos para la educación, resultará necesario un claro compromiso de los gobiernos de proveer una financiación equitativa que se ajuste a las prioridades, necesidades y capacidades educativas nacionales, a fin de avanzar en el logro progresivo del derecho a la educación. Los países deberán:

• Incrementar el gasto público en favor de la educación: para ello es necesario ampliar la base impositiva (en particular, acabando con los incentivos fiscales perjudiciales), evitar la evasión fiscal y asignar una mayor porción del presupuesto nacional a la educación.

• Dar prioridad a los más necesitados: los niños, jóvenes y adultos desfavorecidos, así como las niñas y mujeres y las personas en zonas afectadas por conflictos, suelen tener las necesidades educativas más apremiantes, por lo que a ellos deberá dirigirse la financiación. Esta última deberá tener en cuenta sus necesidades y basarse en la comprobación empírica de lo que sí funciona.

Fortalecer la eficiencia y la rendición de cuentas: una mejora de la gobernanza y la rendición de cuentas puede aumentar la eficiencia y el uso eficaz de recursos existentes, y garantizar que la financiación llegue a las aulas de clase.

Incrementar y mejorar la financiación externa.

En el año 2000 la comunidad mundial afirmó que “ningún país que se comprometa seriamente con la Educación para Todos se verá frustrado por falta de recursos en su empeño por lograr esa meta” La falta de fondos no deberá poner en riesgo las oportunidades educativas de los miles de millones de educandos que tienen derecho a recibir una educación de calidad.

Este compromiso cobra una importancia aún mayor en la agenda más ambiciosa de los ODS. Se calcula que la brecha total anual de financiación entre los recursos internos disponibles y el monto necesario para alcanzar las nuevas metas en materia de educación será en promedio de 39,000 millones de dólares estadounidenses entre 2015 y 2030 en los países de ingresos bajos y medianos-bajos.

La disparidad es particularmente amplia en los países de ingresos bajos, en los que representa el 42 % del gasto total anual. La financiación pública internacional, incluida la asistencia oficial para el desarrollo (AOD), es de gran utilidad para catalizar la movilización adicional de recursos de otras fuentes, tanto públicas como privadas.

Así pues, la ayuda deberá seguir siendo una fuente esencial de financiación para la educación en los próximos 12 años si se quiere alcanzar las metas, complementada por la contribución creciente de los países de ingresos medianos. Por tanto, será necesario que los asociados del ámbito de la educación orienten sus esfuerzos hacia lo siguiente:

• Invertir el declive de la ayuda para la educación: se debe poner término a la disminución de la ayuda para la educación que ha tenido lugar en los últimos años. Resulta fundamental cumplir todos los compromisos relativos a la AOD, incluido el de muchos países desarrollados de alcanzar la meta de asignar el 0,7 % del ingreso nacional bruto (INB) a la AOD en favor de los países en desarrollo y entre el 0,15 % y el 0,2 % del INB en favor de los países menos adelantados.

En función de sus compromisos, se insta a los países desarrollados, que aún no lo hayan hecho, a desplegar esfuerzos adicionales concretos para cumplir la meta de asignar el 0,7 % del INB a la AOD en favor de los países en desarrollo. Asimismo, se deberá reforzar el apoyo en materia educativa que se brinda a los países menos adelantados.

A esto se deberá sumar una tendencia a aumentar la ayuda destinada a la educación, de acuerdo con las necesidades y prioridades de los países. La ayuda para la educación deberá ser predecible.

• Afianzar la eficacia de la ayuda mediante la armonización y una coordinación más eficiente: los donantes, los países de ingresos medianos y otros asociados deberán contribuir a financiar todas las metas del ODS 4-Educación 2030, de conformidad con las necesidades y prioridades de cada país, procurando estimular la financiación interna y externa en favor de la agenda común.

Los donantes deberán seguir adaptando la cooperación para el desarrollo a las directrices sobre la eficacia de la ayuda, garantizando que esté mejor armonizada y coordinada y que refuerce el sentido de propiedad de cada país y la rendición de cuentas ante sus ciudadanos.

• Aumentar la equidad de la financiación externa: la financiación externa deberá orientarse en mayor medida a respaldar los subsectores descuidados y los países de ingresos bajos, así como los grupos vulnerables y desfavorecidos de los países de ingresos medianos. Al mismo tiempo, será necesario invertir la tendencia a la baja de los flujos de AOD para los países de ingresos medianos-bajos. La asignación de los flujos de ayuda oficial no deberá guiarse únicamente por el ingreso per cápita. En este contexto, es indispensable prestar una atención particular a las necesidades de los países vulnerables, como los pequeños Estados insulares en desarrollo.

Los donantes multilaterales y bilaterales de la educación deberán formular estrategias en cooperación con los países receptores para determinar el tipo de ayuda más conveniente, así como los canales y modalidades para su prestación que resulten más adecuados.

Continuará...

Por: Roberto Diez Gutiérrez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.






ANDADOR - Roberto Diez Gutiérrez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.