El fin de semana corrió una noticia que de inmediato se viralizó por el impacto que representaba. Se trató del anuncio de la detención del expresidente municipal de Pachuca, Eleazar García Sánchez, cuyo gobierno estuvo plagado de señalamientos y corruptelas que hasta antes de ese momento no habían trascendido legalmente.
Impulsado por el exgobernador de Hidalgo, Miguel Osorio, para que en el año 2011 fuera candidato al ayuntamiento de Pachuca por el PRI y en enero del 2012 llegara como inquilino de la Casa Rule con más dudas que méritos por ser un presidente “ciudadano”, Eleazar García logró imponer su sello particular a un gobierno en el que quiso implementar un modelo de iniciativa privada, lo que evidentemente fue un gran contraste con los viejos vicios de la administración pública.
Como en todos los gobiernos, siempre hay observaciones y señalamientos, principalmente sobre los servicios básicos, pero sin duda el talón de Aquiles de García Sánchez fue el servicio privado de recolección de basura y la implementación de los parquímetros. En el caso de la empresa Cambio Verde, que se encargaba de recolectar los desechos sólidos en Pachuca, se dijo que la decisión de trabajar con esta compañía fue de Miguel Osorio, por lo que el inexperto alcalde no tuvo forma de impedirlo. En el caso de los parquímetros, el plan trazado para su implementación estuvo basado en el viaje que realizó junto con el entonces gobernador Francisco Olvera y una comitiva a Colombia para conocer de primera mano la estrategia de movilidad del país cafetalero, que incluía un transporte masivo como fue el Tuzobús, ciclovías y parquímetros. Todo ellos conformaban un tridente global como modelo de transportación vehicular y peatonal.
Sobre este último tema se escribieron ríos de tinta, porque al parecer se había conformado un contrato leonino que beneficiaría económicamente a la empresa Moviparq y de un momento a otro la ciudad se vio invadida de parquímetros; hasta en las curvas peatonales se marcaron los espacios vehiculares con tal de que la empresa en complacencia del ayuntamiento pudiera cobrar y recuperar lo más pronto su inversión. En realidad, el propósito de la implementación de estos dispositivos no fue lo que ocasionó el problema, lo que generó la molestia de la gente fue la voracidad con que se hicieron los acuerdos económicos.
La detención del exalcalde puede tener muchas interpretaciones, incluso habrá quien piense, como el CDE del PRI, que se trata de una persecución política, pero evidentemente las y los políticos que encabezan administraciones municipales de cualquier partido deben verse reflejados en este ejemplo, porque significa que, aunque pasen los años hay seguimiento legal a la actuación de la administración pública.
Así como el ahora detenido, seguramente hay un sinfín de personajes que a lo largo de su administración han realizado malas praxis que en los próximos años saldrán a la luz y eso querrá decir que no se aprendió la lección. Hoy se sienta un precedente sobre un alcalde de la capital hidalguense que al margen de que pueda seguir su proceso en libertad, el desprestigio y descrédito serán dos lastres con los que tendrá que cargar el resto de su vida.
Por su parte, la Procuraduría que ahora encabeza Francisco Fernández, sin tanto protagonismo ha hecho una labor discreta pero efectiva, con resultados inmediatos desde su llegada. Primero, la recuperación de un menor de edad en Valle de Chalco, luego de ser robado en Hidalgo, y ahora la detención de Eleazar García. Es decir, el procurador no desentona en el compromiso del gobierno con combatir la corrupción. Ojalá no sea sólo una llamarada de petate…
EL CONSPIRADOR
