Subalternos quieren noquear al Pipino Cuevas

Con el viento en contra Pipino Cuevas intenta dirigir el Instituto Hidalguense del Deporte, pues un par de mentes macabras buscan noquearlo y sacarlo definitivamente del ring político.

El hijo pródigo de Zempoala, Pipino Isidro Cuevas González, quien fuera campeón mundial de boxeo en la división de peso welter, empieza a ver que dentro del Instituto Estatal del Deporte sopla el viento muy recio y ya se dio cuenta de que lo quieren noquear, a un año de que el gobernador Julio Menchaca lo hiciera titular de este organismo público.

Hay voces que expresan que no ha hecho un buen trabajo, y evidentemente es parte de las múltiples expresiones e interpretaciones que pueden existir en torno a un funcionario público; sin justificar, habría razones de sobra para criticar su trabajo y, en todo caso, su conocimiento sobre las acciones que debería emprender como titular del deporte. Pero el asunto es más de fondo, la herida es aún más profunda cuando viene desde dentro, desde el lugar que en teoría tendría que ser su terruño, su guarida, su mazmorra. Desde ahí se fragua una traición para noquear a Pipino Cuevas, e incluso ya lo ven fuera del Instituto este mismo mes.

De acuerdo con información confidencial, hace tan sólo algunas semanas el gobernador Julio Menchaca realizó una visita al Instituto Estatal del Deporte, de la cual todos estaban enterados, menos Pipino Cuevas; la idea era que, además, no estuviera durante la visita del mandatario para exhibir su falta de compromiso, pero para mala fortuna de sus pérfidos subalternos, el titular estuvo allí y se quedó ampliamente sorprendido con la visita del jefe del Ejecutivo.

Ninguno de los directores tuvo la decencia de cerrar filas con Pipino y por el contrario, “curiosamente” ante la llegada de Julio Menchaca, saltó un trabajador -por cierto, exbasquetbolista hidalguense- de nombre Fernando Pérez, para entregarle una carpeta con información del Instituto. Es decir, él sí estaba preparado para recibir al gobernador con antecedentes y datos de los que, a su juicio, debería estar enterado el mandatario.

Este gancho al hígado a Pipino Cuevas fue orquestado por Fernando Pérez, quien, de acuerdo con información al interior de la dependencia, no ha hecho un buen trabajo, se muestra hasta cierto punto frustrado por no ser el titular del deporte, goza de muy mala fama y reputación, entre otras cosas por presunta malversación de recursos públicos e incluso por vulnerar una convocatoria y meter a una jugadora de “cachirul” en juegos nacionales de basquetbol. Y por si esto fuera poco, para competencias nacionales no se gestionaron los recursos necesarios, lo que ocasionó el malestar de las y los deportistas.

Pero como en toda historia con tintes gangsteriles, siempre hay cómplices y Fernando Pérez cuenta con el apoyo del director administrativo, Rogelio Vázquez, mejor conocido como “César” o “Chícharo”, quien ha buscado la manera de minarle el camino a Pipino y de esta manera lograr que Fernando sea el titular. Es más, estos dos personajes se han encargado de esparcir la versión de que en septiembre se iría el excampeón mundial y Fernando sería el nuevo timonel.

Complicidades y corruptelas unen a Fernando y Rogelio, de quienes los trabajadores al interior de Instituto del Deporte expresan que ya planean negocios y malas prácticas, lo que sería muy grave para el gobernador, pero principalmente para el deporte hidalguense.

El exboxeador está en la lona, el conteo final se escucha con fuerza y pronto sabremos si sabrá sobreponerse en esta lucha de poder.


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