2019, el año de la cacería del gran circo moreno

El director de EFFETÁ, Adalberto Peralta Rosales, me invitó a colaborar en su diario digital. Lo haré cada martes y jueves en esta columna que se titula “Suma y Resta”. Para mí, como periodista, es un honor ser invitado, y como padre, es un orgullo ser su colaborador. En esta apuesta va el cariño de padre y la aportación de toda una vida en esta profesión.

 

 

Ante la pérdida de la confianza ciudadana en Andrés Manuel López Obrador (AMLO) por las decisiones que ha tomado y lastiman a miles de mexicanos, no sería raro que para recuperarla se lleve a cabo la cacería de expresidentes, previa consulta al pueblo sabio, como lo anunció en noviembre pasado el propio Obrador.

 

LA HISTORIA

¿Cuántos de los 30 millones de votos que llevaron a López Obrador a la Presidencia quedarán todavía después de un mes de ejercer el poder?

Seguramente muchos, porque la razón de este voto fue, en el fondo, castigar a gobiernos corruptos que usaron el poder (no todos, desde luego) para sus ganancias ilícitas en acciones que ofendieron y lastimaron a millones de mexicanos.

Pero tampoco se puede negar que ya no son 30 millones, porque miles de ellos han sufrido la decepción de un gobierno que en muchas de sus decisiones ha hecho trizas la esperanza que se tenía de un cambio que no se ve venir.

Son miles los que deben estar arrepentidos de no haber reflexionado su voto y darlo en medio del enojo. Ya se sabe que el que se enoja pierde y parece que son millones los que han perdido, pues con hechos el gobierno que eligieron demuestra que una cosa se dijo en campaña para ganar votos, y otra es la realidad cuando se ejerce el poder. Queda claro que no es lo mismo andar en campaña, donde todo se vale, que ser gobierno cuando se camina con las limitantes que da tomar decisiones que no siempre provocan el aplauso, como en los mítines donde todo era reclamar o denunciar.

Lo más delicado es que se golpea con fuerza a la esperanza que millones tenían en el cambio que no se ve que llegue por ningún lado y el convencimiento de que se eligió a una autoridad y a un gobierno poco inteligente, soberbio, autoritario y populista que, con tal de lograr su proyecto, decide cosas absurdas (como en el caso del aeropuerto), desconoce a las instituciones y quiere destruir la división de poderes.

Bastó un mes para que empezara la merma de los 30 millones, muchos de ellos con el desencanto de verse sin empleo, como los miles de ahora extrabajadores de gobierno que, como los del SAT, tuvieron una amarga navidad al quedarse sin trabajo porque en esta política de la austeridad urge el dinero para los planes de AMLO, que ya quiere ver rodando su tren maya, o iniciar el regalo de dinero para fortalecer su popularidad.

EL CASO PUEBLA

La muerte de la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, que provocó reclamos de los poblanos contra el gobierno de Obrador, les mereció en el estilo de confrontación del presidente calificativos de “mezquinos” y “neofascistas”, así como  “conservadores” que muy poco ayudan a la unidad del país, meta a la que parece está obligado el jefe del Ejecutivo como líder de la nación, quien trató de componer los trastos rotos con una nueva agresión a los poblamos molestos, a los que llamó “canallas”.

A AMLO LE SOBRAN CALIFICATIVOS Y LE FALTA TOLERANCIA

López Obrador, como candidato, acuñó frases y calificativos que le redituaron mucha aceptación entre sus seguidores y una resistencia fuerte entre sus opositores, creando una radicalización fuerte entre unos y otros que, por desgracia, ya como presidente no disminuye y por el contrario, crece, en esta política del: “estás conmigo o contra mí”, sin términos medios.

Lo peor es que esta división encuentra su motor en el modo de actuar del presidente, que mantiene su discurso de campaña en el que se confronta con quienes se manifiestan en desacuerdo con sus mandamientos.

Parece que sobran calificativos y falta tolerancia.

CAEN CONFIANZA Y APOYO

Lo que se conoce como bono democrático para AMLO, que no es otra cosa que la gran aceptación y apoyo ciudadano que logró en las elecciones, se colapsa en muchos que apostaron por él ante una realidad que golpea renglones como el empleo y la negación de presupuesto para asuntos tan sensibles como las universidades, que obligaron a la reversa de urgencia cuando sacaron las uñas, empezando por la garra puma. El temor a una reacción de los estudiantes fue evidente, invocando un error de dedo que en el fondo fue el temor a ver a los universitarios en la calle enfrentando a AMLO.

Por cierto, el anuncio de que siempre no habría recorte a las universidades lo hizo el presidente en Francisco I. Mader, en la apertura de la normal del Mexe y la puesta en marcha de las 100 universidades Benito Juárez.

Los recortes al campo, la cultura y los organismos autónomos, y ni se diga al Poder Judicial, son otra constante en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2019.

Se debe aceptar que el tabasqueño tiene aciertos muy grandes que seguramente contarán con el apoyo ciudadano, como las medidas para frenar salarios ofensivos de algunos funcionarios y, en general, el combate frontal contra la corrupción en renglones tan sensibles como el caso de Pemex, donde se atacará el huachicoleo con acciones que frenarán el robo de combustibles desde dentro de la paraestatal por la complicidad del propio personal.

Sin embargo, parece que las decisiones tomadas y que lastiman a miles de mexicanos en sus derechos fundamentales de empleo, salud, educación y seguridad provocan la caída de aceptación del presidente y en algunos casos la oposición radical de los ciudadanos.

AMLO, que tiene en el juicio del “pueblo sabio” su mayor fortaleza, no se permitirá perder esta aceptación popular y se encaminará a una gran cacería de peces muy gordos en 2019 que le permitirá recuperar los bonos perdidos.

TRAS LOS EXPRESIDENTES

El presidente lo anunció el 21 de noviembre en entrevista con Carmen Aristegui: por ahí de marzo se llevará a cabo otra consulta para que el “sabio pueblo” conteste a la pregunta: “¿Cree que Andrés Manuel debe promover que se juzgue para que haya justicia y no sólo se persiga a chivos expiatorios y se revisen las responsabilidades en delitos de corrupción y otros a Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto?, ¿sí o no?”.

No es difícil adivinar la respuesta a esta pregunta cargada y empezará un circo para el pueblo, que aplaudirá rabioso esta cacería. López Obrador recuperará la confianza perdida con su actitud de justiciero ante los peces gordos, supuestamente intocables hasta antes de su presencia transformadora, y verá crecer su poder, aunque abra puertas que luego no se puedan cerrar.

Se completará así el círculo del pan y el circo. Pan, con todo el dinero que se regale, como los más de 100 mil millones de pesos para adultos mayores, los millones para los jóvenes en programas electorales, y el remate con el circo de la cacería de los exmandatarios del país.

 

“Cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras”.

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Por: Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.






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SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.