¿Después de la amenaza del rector, qué?

El intento del rector de impedir la mediación del gobernador en el paro estudiantil afianza la estrategia para desarticular a REBEL-ARTE y con ello extirpar el sentido político-social que tiene el movimiento.

La amenaza de represión del rector Octavio Castillo Acosta, vocero del Grupo Universidad, al movimiento estudiantil REBEL-ARTE no puede quedar impune ni pasar desapercibida por las autoridades del gobierno de Julio Menchaca Salazar, porque lesiona el Estado de derecho marcado en la ley, que a la letra dice: “Se castigarán las amenazas de un mal que constituyere delito cuando éstas fuesen dirigidas a atemorizar a los habitantes de una población, grupo étnico, cultural o religioso, o colectivo social o profesional, o a cualquier otro grupo de personas y tuvieran la gravedad necesaria para conseguirlo”.

El despropósito y doble discurso de la “carta de no represalias”, describe a funcionarios y directivos como proclives a la represión estudiantil, práctica común en la UAEH, mientras que el acompañamiento de la defensora universitaria, Elsa Ángeles, en la mesa de negociación, pero sin intervenir en pro de los estudiantes cuando exigían disculpas por los hechos violentos de represión del grupo porril de choque del CEU, dirigido por Esteban Rodríguez Dávila (cuestión que está siendo investigada en las instancias de justicia de Hidalgo, de acuerdo al pronunciamiento del procurador  Santiago Nieto), es una conducta porril sin lugar a dudas.

Por ende, el intento del rector de impedir la mediación del gobernador en el paro estudiantil afianza la estrategia para desarticular a REBEL-ARTE y con ello extirpar el sentido político-social que tiene el movimiento, que ha rebasado las lógicas académicas para defender la raíz de la autonomía universitaria y el patrimonio educativo de las y los hidalguenses.

Los signos de represión y violencia del Grupo Universidad han estado presentes desde que el movimiento estudiantil dio inicio, lo cual advierte que no existen garantías para el diálogo universitario porque se exige la destitución del rector Castillo Acosta y del CEU, cuestión que cercena el brazo burocrático y porril de la UAEH y da lugar, desde la derogación de la Ley Orgánica, a la refundación de la máxima casa de estudios de Hidalgo.

No existe confusión: la “carta de no represalias” es un doble mensaje del Grupo Universidad a través de su vocero, Octavio Castillo Acosta, condensa amenazas que deben ser atendidas por el gobernador e investigadas por el procurador de justicia para prevenir y contener la beligerancia contra REBEL-ARTE, que no puede caer en la inconsciencia e inocencia de su trascendencia histórica.

¿Qué sigue después de las amenazas del rector de la UAEH? La actuación decidida de las autoridades gubernamentales no sólo para mediar en el paro universitario, sino para impedir que su verdad histórica se vea violentada  y se legitime el porrismo de Castillo Acosta como instrumento de control político.

Serán necesarias la inteligencia y disciplina del movimiento estudiantil REBEL-ARTE, pues tiene en sus manos la refundación de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo; le debe exigir al gobierno que se respete el Estado de derecho, la ley y los derechos humanos que ya han sido violentados por el rector Octavio Castillo Acosta, vocero del Grupo Universidad.


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