Francisco Olvera prepara negro arsenal para ganar la CDMX

En cuanto se dio el nombramiento de Francisco Olvera como Delegado Especial del CEN del PRI con funciones de presidente del Comité Directivo de la Ciudad de México, comenzaron a generarse una serie de “filtraciones” en diversos medios que señalaban al grupo de la Plaza Juárez como los orquestadores de campañas sucias.

Esto, sin duda, es el sello distintivo de Olvera Ruiz, quien durante todo su mandato se dedicó a generar “filtraciones” en medios de comunicación para mejorar su imagen o golpear a su competencia política con modos evidentes y descuidados.

En la Ciudad de México operará con un fuerte desplegado de campaña negra que se realizará bajo el mismo formato de imagen de los candidatos contrarios al PRI, pero llena de argumentos de difamación hacia los mismos.

Contratará a enormes grupos para violentar diversas regiones para, durante la jornada electoral, realizar actos que lleven a la anulación de urnas; también buscará sentarse con personajes responsables de giros negros para ofrecerles puestos y prestaciones a cambio de sus apoyos; a empresarios les ofrecerá proyectos colosales como el “Tuzobús”, o vincularse con empresas españolas con las que, se cuenta, el mismo gobernador generó varios negocios a costa del erario hidalguense.

Buscará rellenar foros con acarreados mientras pone a sus esbirros a organizar convivencias que les permitan el cabildeo de votaciones; el costo de las operaciones políticas de Olvera Ruiz –generalmente poco exitosas- es millonario.

Aunque la táctica más llamativa es la implementación de guerras mediáticas a través de ciertos columnistas y diarios de circulación nacional con quienes entabló jugosos contratos durante su mandato, mismos que ahora resurgen argumentando en contra de diversos personajes hidalguenses, casi podemos asegurar que serán los mismos que trabajarán en la Ciudad de México.

En lo referente a Hidalgo, Olvera Ruiz aún pretende posicionar a su grupo para recuperar la Plaza Juárez, pues en una realidad paralela cree que fue un excelente y querido gobernador. La sola idea resulta igual de descabellada que creerla, basta revisar el voto de castigo de 2016.