La jugada de beligerancia y amedrentamiento del Grupo Universidad contra el movimiento estudiantil REBEL-ARTE lo está fracturando; ha sido cuchillo en mantequilla, alterando la correlación de fuerzas de la mediación del gobernador Julio Menchaca Salazar, sacudiéndose así al Estado y creando una atmósfera de violencia cuya estrategia es el ablande beligerante, mientras la procuración de justicia experimenta un retroceso de acción ante la cohesión porril.
La fractura de REBEL-ARTE no obedece al debilitamiento de sus estrategias orgánicas de resistencia política frente al Grupo Universidad, sino al éxito que han tenido las mismas, lo que puso en jaque no sólo a los cuadros burocráticos administrativos, sino a la “Sosa Nostra” y su brazo porril del CEU, realidad que lo sobrepasó y trazó el ascenso de la violencia que, para su aval, tuvo que cortar las vías de la mediación del gobierno, cercenado toda posibilidad de amparo a REBEL-ARTE.
Frente al éxito del paro universitario, el Grupo Universidad no ha tenido argumentos eficaces de cooptación, corrupción y retórica que pudieran maniatar al movimiento, por lo que el “libro de la vieja escuela porril” se cierne en la práctica de la persecución represora del “cara a cara”, para intimidar a los universitarios disidentes, los cuales en total indefensión comienzan a debilitarse hasta el punto de fracturar lo que ha sido el otoño revolucionario en Hidalgo.
Sería absurdo que REBEL-ARTE pudiera enfrentar el brazo porril del Grupo Universidad, esto sólo provocaría una carnicería humana, por lo que sus trincheras serán abandonadas con el quiebre de la custodia del aparato de procuración de justicia del gobierno, que una vez dejado fuera del conflicto presagia días negros para los universitarios sobrevivientes de este movimiento, a quienes sólo les queda la pantomima de la “carta de no represalias”, que en realidad es la advertencia de la ferocidad de la beligerancia porril.
La desmovilización universitaria y el sesgo del gobierno de Menchaca Salazar han pavimentado el quiebre de REBEL-ARTE, que sufre momentos de angustia frente a la beligerancia y amedrentamiento que ahora, en su tercera fase, se enfunda en la estrategia de persecución de sus integrantes, poniendo en riesgo su integridad personal.
La maniobra política del Grupo Universidad ha sido magistral al dejar acéfala la intervención del gobierno, marcando la tendencia del incremento de las operaciones represivas personales, claves para garantizar la “vuelta a la normalidad”, evitando con ello prolongar el jaque político que puede implicar los compromisos políticos del gobierno de cara a la elección presidencial del 2024.
Dos vectores le preocupan al Grupo Universidad: en primer plano, de prolongarse el conflicto con REBEL-ARTE, el desgaste de la burocracia porril podría generar un contrapeso interno de universitarios disidentes y tener que conceder operatividad de estructuras, y en segundo lugar, quedar debilitado al interior de Morena para operar en la elección presidencial en Hidalgo.
