La quimera del doctorado, la maestría y la licenciatura

Desencantado con la educación en el planeta (salvo raras excepciones), las inconsistencias de los mercaderes y sus amos hacen vacilar la estructura científica del porvenir de la humanidad.

En este punto surgen varias preguntas, la primera de ellas: ¿estudiar una carrera es un cheque al portador? La evidencia empírica es que la mayor parte de las personas que estudian una carrera universitaria se han convertido en obreros profesionales, es decir, el apéndice motriz intelectual del sistema, pero sus beneficios personales son discretos y discrepan en relación a las fortunas de los dueños del mercado y sus perros los políticos.

Una cuestión más es: ¿los posgrados generan mayor oportunidad y riqueza personal? Si por riqueza personal entendemos bienes materiales, es una puta quimera pensar que los posgrados tienen alguna relación directa con la verdadera y mundana riqueza. Es más, los posgrados son parte de una meritocracia simbólica controlada por los dueños del mercado y sus perros políticos para incrementar sus ganancias con el impacto de la especialización intelectual.

 

Los mitos de la educación superior

En la mayoría de los casos la profesionalización otorga mayor salud mental, creando un capital intelectual que permite ver más allá de lo aparente, por lo que encaramarse a una carrera profesional o a un posgrado aparece como la idea mayúscula de la superación personal. Pero esta idea solamente toca al conocimiento, no a la praxis y mucho menos al dividendo económico en torno al que gira la mayor parte de las relaciones sistémicas.

¿No es acaso lapidaria la frase: “estudia hijo mío y serás alguien”? Esta es una pendejada tan mítica como la preparación profesional, pero que impugna nuestra humanidad; ya no es valioso simplemente ser un ser humano, debemos ser apéndices de los tomadores de decisiones y su poder, de los oligarcas y sus maquinarias sin vida, pero lucrativas.

 

Los títeres y marionetas del doctorado, maestría y licenciatura

La profesionalización crea una fábrica infinita de títeres y marionetas que se unen a los trabajadores sin título; en sus espaldas llevan la carga de la opresión del mercado y el Estado, elites económicas y perros políticos, casi siempre sin advertir que se constituirán en sectores subalternos a los que se les arranca el alma y lo que es peor, la conciencia.

Consultoría política y contacto público: [email protected]

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.