La última ballena

Barcos balleneros japoneses son sorprendidos en aguas chilenas depredando a las ballenas que en tiempo de calor dan a luz a sus crías en los mares del sur; por enésima vez todo queda en multas y llamadas de atención, pero pocos en el mundo se enteran del evento, lo que no se ve, no se siente.

¿No es acaso la depredación política lo mismo que los barcos balleneros japoneses?

Los ciudadanos somos depredados día con día por la clase política, pocos son los empleos a nivel internacional donde el político no sea el lobo del hombre, pocos son los casos en los que los políticos son interlocutores sociales válidos, por la costumbre, son embaucadores, sátrapas del escritorio en el que nunca los encuentras.

Este año que inicia, no sólo da inicio con la depredación de las ballenas en mares de Chile, también continúa la depredación del hombre por el hombre, continúan las podridas intenciones que mutilan al erario, que corrompen la vida y la vuelven una asquerosidad, mientras que los pobres, aquellos que no tienen voz y que no le importan a nadie, siguen siendo el pretexto de los discursos de los depredadores, aquellos que con orgullo y la más de las veces, sin conocimiento alguno, se autonombran “servidores públicos”.

Pero la culpa no es de los depredadores de la política sino de los depredados por la política, de nosotros, los de a pie, los pobres, que tenemos fuerza pero no organización, que tenemos cultura pero no disciplina, que somos inteligentes pero no aprendemos a aprender, sobre todo de nuestros errores, de nuestras vacilaciones, de nuestras zonas vacías.

Es por ello que los depredadores japoneses de las ballenas, de ese puto país que se nos muestra como inteligente, respetuoso y hasta culto, es la misma parafernalia de los politiqueros, aquellos que vestidos de caperucita son lobos dispuestos a la carnicería, dispuestos a depredar al ciudadano que es la verdadera caperucita.

¿Cuándo aprenderemos de nuestros errores y cuando tomaremos en cuenta los errores históricos de la clase política?, ¿es acaso mucho pedir aprender de nuestra realidad para cambiarla?

Hoy los barcos balleneros japoneses depredan a las ballenas, algún día ya no lo harán, porque las ballenas se habrán extinguido; esto no pasará con los ciudadanos, porque los depredadores políticos necesitan a los explotados para vivir, por ello, nosotros no desapareceremos, seguiremos siendo vasallos.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.






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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.